Jueves, 10 de junio de 2004

 

OPINIÓN.

PEDRO ÁLVAREZ DE FRUTOS / Profesor de instituto y ex secretario de la Agrupación Local del PSOE de Segovia.

LA ENCRUCIJADA DE CHIPRE

El pasado 1 de mayo entraron a la UE diez nuevos países y entre ellos la República de Chipre que representa e 80% e la población de la isla y algo más del 60% del territorio.

Días antes se había convocado un referéndum al tiempo en la zona de habla griega y en la zona de habla turca con el objetivo de aprobar el plan de reunificación de la isla que trabajosamente había elaborado el secretario general de Naciones Unidas. Los resultados fueron favorables al Plan Annan en la segunda zona y contrarios en la primera.

Desde ese mismo instante algunos líderes grecoparlantes del “no” declararon que en realidad había que entenderlo como un “sí” a la unión  de las dos zonas, pero no a esa unión. Turquía reclamó ayudas que premiaran a la zona de habla turca donde ganó el sí y los líderes de la UE y de EE.UU. insistieron en que no se podía dejar aislada a la zona norte de Chipre y anunciaron ayudas económicas al tiempo que reprochaban a los grecohablantes haber expresado libremente su opinión.

Con este estado de la cuestión llegan las elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán en próximo día 13 y no se oye hablar de este problema que, sin embargo, es muy importante.

¿Y por qué un isla tan pequeña y alejada es tan importante se preguntará el lector? Pues porque desde el momento de la integración de Chipre la reunificación de la Isla se ha convertido en una cuestión de la Unión y no hay que dejar de lado que tras la reunificación Chipre está Turquía y Turquía es un candidato a entrar en la Unión, que tiene casi 70 millones de habitantes, con la mayor parte de su territorio en Asia y con muchas peculiaridades.

Turquía es un país claramente alineado con EE.UU. en la zona y con posiciones poco coincidentes con las de la UE. Así lo demostró en la Guerra de Yugoslavia y recientemente en la invasión de Iraq.  De manera que con una buena resolución de la reunificación estará andado mucho camino para la integración de Turquía.

Hasta ahora ha sorprendido que la Unión Europea dejara en manos del secretario general de Naciones Unidas la resolución de esta vieja situación que comenzó con la invasión de la Isla por parte de Turquía. Pero más aún ha sorprendido que diera  por bueno que el acervo comunitario respecto de la libre circulación de capitales y personas no se aplicara en toda la isla en caso de haber ganado el “sí” en ambas zonas. ¿Cómo es posible que los chipriotas grecohablantes puedan circular libremente por cualquier país de la Unión y puedan comprar bienes inmuebles también libremente y no lo puedan hacer en la actual zona turcohablante y lo haya admitido la UE?

Pero las sorpresas no acaban ahí. El plan Annan daba por bueno que Turquía pudiera decidir unilateralmente sobre la existencia o no de plataforma continental en la Isla. ¿Cómo puede permitir la UE que un país, que aún no es miembro de la Unión, es decir Turquía, decida sobre la existencia o no de plataforma continental de la isla de Chipre, que ya es miembro?.

¿Y qué decir de la presencia de tropas extranjeras (griegas y turcas), por mínimas que estas terminen siendo, en el territorio de Chipre? ¿Puede la Unión Europea admitir que un país miembro como es la República de Chipre tenga tropas extranjeras en su territorio?

Pero junto a todo esto hay dos situaciones profundamente injustas que afectan directamente a las personas y que hay que solucionar: la de los chipriotas que tuvieron que abandonar sus propiedades como consecuencia de la ocupación del ejército turco y la de los actuales chipriotas de origen anatolio que fueron colonos llevados a la isla después de la ocupación.

Los chipriotas grecohablantes decidieron libremente con una mayoría aplastante que estas situaciones, y quizá alguna más, no eran admisibles y ahora con motivo de las elecciones europeas todos lo partidos de Chipre coinciden  en un punto de su programa electoral: Que decida la UE sobre la reunificación. Demuestran con ello su inteligencia políticay sirven en bandeja a la UE rectificar un error al no haberse implicado de lleno antes.

Por último decir que dejar únicamente sobre las espaldas de los chipriotas grecohablantes esta cuestión, no ayuda en nada al prestigio interno y externo de la UE y no trazar ahora la guía de lo que será la negociación próxima futura con Turquía será un error. Si la Unión Europea deja que intervengan en la solución instancias internacionales y países con intereses propios en la zona, no olvidamos que está muy cerca de las reservas petrolíferas, y no necesariamente coincidentes con los de la UE, la Unión comenzará a andar por el camino del fracaso.